El mirlo común

(Turdus merula)

De unos 25 cm y 95 g de peso, estamos ante un pájaro cantor de tamaño medio y pico delgado.

Los machos son de color negro con pico y anillo ocular amarillo anaranjado, las hembras de color pardo oscuro con pecho moteado. 

Su canto está compuesto por estrofas sonoras y melodiosas, aflautadas y de órgano. Canta ya al amanecer desde un posadero elevado y puede oírsele a horas muy tardías.

Es sorprendente la escasa actividad canora en el periodo anterior a la primera puesta en marzo.

Nidifica cerca del suelo en matas y árboles, preferentemente en pinos. Pone de 4 a 6 huevos en cada puesta, siendo éstas por año de 2 a 3, en los meses de marzo a julio. 

El mirlo común busca sus alimentos andando a saltitos por el suelo. Sus movimientos son entrecortados, sacude la cola, vuelve la cabeza para ver, golpea enérgicamente el suelo y saca una lombriz de tierra. Si se siente sorprendido o ante la amenaza de enemigos terrestres o aéreos, emite una característica voz de alarma y desaparece muy rápido con un vuelo bajo. 

Este ave podemos encontrarla durante todo el año, en bosques, jardines, parques. Dada su capacidad de adaptación, se introdujo de los bosques donde residía antiguamente en los cultivos agrícolas e incluso en las zonas verdes de los centros urbanos, siendo en la actualidad uno de los pájaros de ciudad más frecuentes. 

Nota curiosa: es el único túrdido que sacude la cola cuando se detiene o acaba de posarse en el suelo.

Estas imágenes tomadas este fin de semana en Rota, nos confirman, que ya ha comenzado a construir su nido y que muy pronto veremos por la ciudad a sus jóvenes crías.