Los corrales de pesca son unas antiquísimas construcciones artesanas de pesca, distribuidas a lo largo del litoral de Rota con recintos construidos por pequeños muros en forma semicircular y formados por piedras porosas, marinas,(piedra ostionera) perfectamente encalladas unas en otras; un conglomerado de moluscos, valvas de ostras, ostiones y algas marinas actuan como argamasa. Tienen un metro aproximadamente de anchura y su altura va aumentando desde 0,5 m en la orilla hasta los 1,50 m en la parte que se adentra en el mar.
Su funcionamiento como lugar de pesca es sencillo a la vez que eficiente: cuando sube la marea, los muros de los corrales quedan debajo del agua, lo que facilita la entrada de peces al interior del recinto, cuando se produce la bajamar, los peces se encuentran atrapados en unas pequeñas lagunas puesto que el agua ha salido del corral por unos pequeños caños practicados en sus paredes al efecto. Así, el corralero sólo tiene que capturar los peces que cree conveniente en estas pequeñas lagunas. Estamos ante la plenitud biológica de la bajamar, un espacio catalogado y protegido como Monumento Natural por sus valores antropológicos y de biodiversidad, donde la playa se convierte en elemento esencial para la pesca y para la pervivencia de especies de aves, crustáceos, moluscos, algas y peces.
Estas son algunas de las especies más comunes que podemos encontrar dentro de este ecosistema: el Vuelve piedras, correlimos, la Garceta común, el Charrán patinegro, Chorlito gris, cangrejos ermitaños, camarones, holoturias(pepino de mar).
Sin ninguna duda estamos ante un paraíso natural al suroeste de la provincia de Cádiz.
Su funcionamiento como lugar de pesca es sencillo a la vez que eficiente: cuando sube la marea, los muros de los corrales quedan debajo del agua, lo que facilita la entrada de peces al interior del recinto, cuando se produce la bajamar, los peces se encuentran atrapados en unas pequeñas lagunas puesto que el agua ha salido del corral por unos pequeños caños practicados en sus paredes al efecto. Así, el corralero sólo tiene que capturar los peces que cree conveniente en estas pequeñas lagunas. Estamos ante la plenitud biológica de la bajamar, un espacio catalogado y protegido como Monumento Natural por sus valores antropológicos y de biodiversidad, donde la playa se convierte en elemento esencial para la pesca y para la pervivencia de especies de aves, crustáceos, moluscos, algas y peces.
Estas son algunas de las especies más comunes que podemos encontrar dentro de este ecosistema: el Vuelve piedras, correlimos, la Garceta común, el Charrán patinegro, Chorlito gris, cangrejos ermitaños, camarones, holoturias(pepino de mar).
Sin ninguna duda estamos ante un paraíso natural al suroeste de la provincia de Cádiz.
El verano pasado pude descubrir, gracias a Manuel, que cuando sube la marea, el agua va cayendo en pequeñas cataratas desde los muros, de tal forma que si te podes junto a ellos, funciona como si de un spa natural se tratara. Se lo recomiendo a todos.
ResponderEliminarVerdad, que bueno, no te creas que no me acordé de eso mismo haciendo las fotografías, donde el agua se adentra con fuerza, imparable en los corrales.
ResponderEliminarEste año lo repetimos, pero debemos estar preparados, pues como tú bien sabes hablamos de unos 10 minutos aproximadamente.
Espectaculares los corrales y Rota, un lugar inmejorable para veranear.
ResponderEliminarSí, de hecho yo paso el verano entre el Coto de Doñana, Zahara de los Atunes y los Corrales de Rota.
ResponderEliminarPor cierto hoy tiramos para Rota para pasar allí el fin de semana, que no se te olvide, sino a ver como entramos.
Seguramente que hagamos algunas buenas fotografías para la realización de un post.